Todos somos vulnerables a los factores de riesgos que favorecen a las enfermedades no transmisibles (ENT), esto se debe a dietas malsanas, inactividad física y/o exposición a sustancias dañinas de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2017).
Al tomar agua, alimentarse sanamente y ejercitar reducimos las posibilidades de padecerlas.